TERAPIAS
La terapia psicológica debe contemplar en todo momento la dimensión del cuerpo, ya que es éste el que primero nos avisa de que algo mal estamos haciendo, o algo no tenemos resuelto en nuestra vida.
Podemos estar sintiendo sensaciones desagradables en el estómago, en el pecho, notar el corazón acelerado con frecuencia, que nos cuesta coger aire, tener tensión muscular continuamente incluso contracturas o lesiones. Notar que nuestro sueño se ha alterado o que no descansamos aunque durmamos durante horas, notar que el cuerpo está sin energía ni vitalidad por mucho que lo intentamos y nos motivamos, Podemos sentir hambre desmesurada o nada de hambre durante largos periodos de tiempo. Sentir dolores de cabeza o alteraciones hormonales que médicamente no tienen explicación ni tratamiento eficaz. Seguro que todos nosotros alguna vez en la vida nos hemos encontrado así, y hay personas que pueden pasarse la vida entera transitando por múltiples dolencias físicas.
Pues bien, queda claro la importancia del cuerpo cuando hablamos de problemas emocionales, es en él donde se manifiestan y podemos aprender a entenderlo y sanarlo.
La Terapia Corporal combina a través de diferentes técnicas terapéuticas, la exploración del cuerpo, la mente y las emociones, para conocer las causas del malestar físico y emocional. Observando las necesidades de la persona, accedemos a través de la escucha del cuerpo a los conflictos reprimidos y a las experiencias traumáticas que no se han podido elaborar y que han quedado retenidas y envueltas en la coraza muscular. Se trata de reestablecer el equilibrio y la flexibilidad a través del reordenamiento corporal.
A través de una serie de estrategias terapéuticas basadas en muchas corrientes de la psicología y de disciplinas que tratan el cuerpo, podemos ayudar a las personas a recobrar el equilibrio, eliminar tensiones musculares crónicas, restablecer el flujo energético, aumentar la conciencia corporal, liberar la rigidez respiratoria, reconexión corporal, conectar los bloqueos musculares con emociones reprimidas, fluir y favorecer los cambios internos.