TERAPIAS
Una de las corrientes psicológicas que más utilizamos en el centro es la Terapia Cognitivo- Conductual. Este tipo de intervención es muy eficaz en las primeras fases del tratamiento, porque ofrece herramientas sencillas y muy útiles para resolver problemáticas muy variadas.
Se centra en el presente, los efectos se notan con bastante rapidez (según el problema y la personalidad del sujeto) y los aprendizajes son potentes para el futuro en cuanto a la prevención de recaídas. Ayuda a entender muy bien el problema, cómo y por qué se ha formado y a conseguir estrategias para resolverlo.
Se trabajan creencias, pensamientos, conductas, emociones e interacciones sociales responsables de mantener los problemas.
Este tipo de intervención está avalada por una amplia evidencia científica, siendo múltiples las investigaciones que se han llevado a cabo a lo largo de décadas de trabajo para corroborar que todas y cada una de las estrategias psicológicas que el psicólogo clínico pone en marcha en sus tratamientos han sido estudiadas para cada patología concreta, y que el modo en el que han de aplicarse es la forma más eficaz.
Según este tipo de tratamiento, de modo resumido, señalamos las diferentes fases del tratamiento:
En las primeras consultas, el paciente expondrá al especialista todos los datos relevantes acerca de su problemática, síntomas, dificultades, evolución, sus propias explicaciones de por qué ocurre lo que le ocurre, de este modo el psicólogo podrá establecer un diagnóstico y comenzar a marcar directrices genéricas de la intervención, así como comprender esa patología o dificultad personal desde los modelos teóricos con los que cuenta.
Cuando han sido recogidos todos los datos de la fase anterior, el especialista hará una tarea imprescindible para que el tratamiento funcione con eficacia: expondrá al paciente de un modo ordenado, concreto y comprensible qué es lo que está ocurriendo y cómo funciona esa problemática en sí, con sus consecuencias en el presente y en el futuro, y cómo y por qué se han formado y qué es lo que hace que se mantenga en el presente sin que el paciente pueda resolverlo por sí mismo y sólo sea eficaz la ayuda profesional.
En los problemas psicológicos es importante saber por qué y cómo se ha generado esa problemática para poder generar cambios (por ejemplo en una infección de muelas no es necesario saber exactamente cómo se ha generado la infección y su formación concreta para que se cure, bastaría con tomar antibiótico, extraer la muela, etc..), puesto que el paciente tiene un papel MUY ACTIVO en la terapia, y en su
recuperación.
Con todos esos datos, psicólogo y paciente diseñarán objetivos concretos a trabajar la terapia (a corto, medio y largo plazo) así, de un modo preciso se va re-evaluando continuamente lo conseguido y lo que queda para finalizar.
El psicólogo diseñará, basándose en la evidencia científica, los procedimientos terapéuticos adecuados para alcanzar dichos objetivos. Son técnicas específicas contrastadas empíricamente y demostradas para dotar al paciente de herramientas y estrategias útiles para afrontar las situaciones difíciles.
Las estrategias van encaminadas a identificar y modificar en tres áreas de nuestro funcionamiento psicológico:
* Identificar formas de pensar ( o pensamientos) erróneos, negativos, desajustados… para modificarlos. Se dotaría al paciente de herramientas para aprender a pensar de un modo distinto y saludable.
* Identificación y manejo de emociones: Se enseñará al paciente a detectar sus emociones, la interpretación que hace de las mismas y a manejarlas de manera sana y respetuosa consigo mismo.
* Identificar y modificar comportamientos, conductas o modos de actuar desajustados o problemáticos para el sujeto y su entorno.
Cuando el paciente va experimentando mejoría, las sesiones cada vez son menos frecuentes; se incorporarán estrategias para prevenir las recaídas y fortalecer todos los logros conseguidos.
La terapia psicológica es un proceso de aprendizaje, y como tal requiere de un conocimiento teórico y una puesta en práctica.Al principio cada paso y avance son bastante apoyados y supervisados por el psicólogo , dando posteriormente mayor autonomía al paciente.
Las investigaciones en Terapia Cognitivo- Conductual, nos muestra que es óptimo unas sesiones con duración de 1 h y con una frecuencia variable en función del tipo de patología, su cronicidad y gravedad, la motivación del paciente…etc, pero en líneas generales la consecución de objetivos a corto y medio plazo se establecerán con frecuencia de una sesión semanal y posteriormente se pasará a espaciar a periodos quincenal, mensual, semestral o directamente al alta terapéutica, dependiendo de los factores anteriormente citados.
En las primeras consultas de terapia, menos de una sesión a la semana, la evolución se ralentiza marcadamente.